Crónica de la Final


El pasado sábado 19 de Mayo tuve el placer de competir en la final de la Liga Madrileña de Pauper, que, para el que no lo sepa, tuvo un formato de Top 32 eliminatorio y sin límite de tiempo.

Ante esta circunstancia mi pensamiento inicial fue buscar un deck que sea fiable en cualquier metajuego en lugar de escoger algo excesivamente rápido o excesivamente controlero. Me debatí entre mi sólida White Weenie (la antigua, la vieja confiable, la que se comía con patatas a Monoblack Control y a Monoblue Hadas) y una más moderna BG Aristócratas que he estado mejorando desde que empezó el año. Sin embargo el mazo que había estado testeando últimamente no tenía nada que ver, y aunque no era la idea que tenía, en el último momento me dije "qué demonios" y enfundé esta preciosidad:

Hemos venido a jugar, pensé, y si caigo mejor hacerlo intentando llevar a un buen puesto una de mis aberraciones que no con algo más competitivo. La historia del mazo es sencilla, empezó como una Rakdos Control y acabé añadiéndole tanto azul que se ha convertido en una Dimir Alchemy al uso con splash a rojo. A pesar de eso cuanto más la pruebo más creo que el rojo es lo que necesita la baraja, ya que no pierde mucha velocidad (era un mazo ya lento de por sí) ni prácticamente ninguna  estabilidad (robando tanto como hace la baraja y siendo sólo un splash casi nunca tienes problemas de color). A cambio siendo Grixis en lugar de Dimir mejoras las Doom Blade en Terminate, los Disfigure en Lightning Bolt o Firebolt y puedes llevar opciones de side tan necesarias e interesantes como pueden ser Electruco, Pyroblast, Smash to Smithereens, Magma Spray o Swirling Sandstorm, siendo todas sinérgicas o bien con nuestras Mystical Teachings o con nuestro plan de llenarnos el cementerio.


El plan del mazo es sencillo, aguantar los primeros turnos con removal temprano, counters, o Augur of Bolas que bloqueen y ayuden a encontrar más removal y counters. Prácticamente todo el mazo es instantáneo, por lo que es habitual quedarse abierto para responder a las amenazas enemigas. Si esas amenazas no se producen, al final del turno del rival aprovecharemos para lanzar nuestros Accumulated Knowledge, Mystical Teachings y Forbidden Alchemy y así encontrar las cartas que necesitemos. Esta última es especialmente importante ya que siempre queremos llenar nuestro cementerio, ya sea para aprovecharnos de cartas con flashback o alimentar a nuestro finisher, el Gurmag Angler, el cual bajaremos cuando tengamos la mesa controlada por poco maná y así protegerle y allanarle el camino.




Por lo que he testeado la baraja y en contra de lo que pueda parecer, los mazos rápidos son bastante buen pairing, siendo nuestro único problema los decks que grindean más que nosotros, ya sea con absurdas cantidades de maná (Tron) o ventaja de cartas (WR Monarch). Por eso podéis imaginar mi cara cuando en mi primer matchup mi oponente baja una tierra de Urza. Pensé que hasta ahí llegaba mi final, pero afortunadamente el rival jugaba una lista muy enfocada a vencer a aggro, con muchas formas de ganar vidas y cartas como Stonehorn Dignatary o Serrated Arrows que realmente no eran muy relevantes contra mí. Contrarrestando un par de Mulldrifters y rematando a base de pescados no me costó hacerme con la primera partida. Tras banquillear, sin embargo, la cosa se hacía más difícil. Yo contaba con un par de cosas para este matchup, como Deep Analysis o Pyroblast, pero mi rival se metió prácticamente cualquier cosa que pudo, desde más counters, petatierras o hate de cementerio, sacándose en el proceso las cartas muertas. Esto, sumado a que le tocaba salir a él, logró que me fuese imposible parar la infinita ráfaga de Tierras de Urza, Sea Gate Oracles, Mulldrifters y Mnemonic Walls que me iba bajando, que culminó con un Ghostly Flicker para acabar de montarse el chiringuito. La tercera partida fue bastante más equilibrada pero afortunadamente pude llenar mi cementerio relativamente rápido y cortar sus piezas del combo para hacerme con una sufrida primera victoria.


Dieciséis de los treinta y dos jugadores habían sido eliminados y pasamos a la segunda ronda. Otra cosa a destacar es que en la final no se lanza dado, sino que sale primero el jugador que haya quedado en mejor posición en la tabla, lo cual hizo que en la mayoría de la tarde empezase saliendo yo, cosa bastante necesaria para un mazo en el que estabilizarse a una vida es bastante común y un turno puede ser determinante. Esta vez me tocó enfrentarme a una goblins/sligh mono roja. La primera partida mi oponente logró llenar su mesa de 2/2 y bajarme el total de vidas a un ritmo alarmante, pero afortunadamente una pareja de Augur of Bolas aguantaron como campeones mientras me iba deshaciendo de las chinches una a una. El culmen fue cuando logré bajar un pescado y el oponente sacrificó su último bicho y un rayo para quitárselo de encima. A la vuelta me lo recuperé con una Grim Harvest y estando mi oponente en modo topdeck no tardó en conceder. La segunda partida fue muy atípica, me hago mulligan a seis, veo una mano sin tierras y al ir a mulligan a cinco veo que mi rival está también barajando sus seis. En esta situación de 5 vs 5 mi deck estuvo muy favorecido, ya que mientras él no logró ponerme suficiente presión yo fui recuperando ventaja de cartas para acabar con una victoria fácil.




Entraba ya a cuartos más feliz que una perdiz porque nunca habría dado un duro por mí ni por mi mazo y mi sonrisa se ampliaba al ver que en la tercera ronda mi oponente jugaba una Kiln Fiend. Contra este mazo siempre existe el miedo de que te combe en turno tres pero a pesar de eso es prácticamente un bye para una lista tan llena de respuestas como la mía. Aparte de eso, todo sea dicho, me robé como Dios, lo cual hizo que ambas partidas fuesen un intento desesperado suyo de luchar contra mi flujo infinito de removal sólo para estrellarse contra más removal. La semifinal fue contra el segundo en la clasificación global por lo que por primera vez le tocó salir a él. Me enfrentaba a una Kuldotha Boros (en la otra mesa había una Mardu Kuldotha contra una Elfos), la que puede ser mi peor matchup. Sin embargo la primera partida empezó a ver toda la parte de su mazo que piruleaba ganando vidas en vez de la que le daba ventaja de cartas, por lo que no me costó nada acabar con él. La segunda partida fue realmente interesante, acabando con casi todas las amenazas de ambos jugadores y terminando con veinte cartas en cada baraja. Acabó saldándose para su horda de voladoras que no pude quitarme de encima a tiempo, gracias a que él, tras lanzar mil chispas a mis peces que acabaron contrarrestadas, logró bajar tres viajes a la nada para acabar con mis tres Gurmag. Por último la tercera fue menos intensa y también se la llevó mi oponente generando mucha más ventaja de cartas que yo. De este match aprendí que Echoing Truth no es tan buen banquillo como pensaba, probablemente acabe sacándola por otra copia de Hydroblast o de Stormbound Geist.


En la otra mesa unos valerosos elfos acabaron con el primero de la clasificación. Os contaría cómo acabó la final, pero ya que conseguimos a tiempo una cámara de vídeo mejor os esperáis a que la comentemos y la veis con vuestros propios ojos ;)
En resumen, acabé con un gran sabor de boca, no sólo por llegar tan lejos con un mazo de mi creación sino también por haber sido testigo de Pauper de tan alto nivel a lo largo de todo el año. De cara a la siguiente edición de la Liga, algunas cosas cambiarán, otras se mantendrán, pero esperemos que un formato tan divertido y unos torneos de tanta gente se conserven (o mejoren) por siempre. 

Comentarios

Entradas populares